Ernesto Rafael Castillo Páez nació el 3 de junio de 1968, y fue detenido ilegalmente, y desaparecido por el Estado Peruano, el 21 de octubre de 1990, a los 22 años de edad, en Villa El Salvador. Hasta hoy no ha aparecido.
La desaparición de Ernesto se supo de inmediato gracias a que sus padres sabían cuál habría de ser el itinerario de Ernesto, el cual contemplaba la visita de Villa El Salvador para la realización del trabajo de campo de una investigación que estaba haciendo sobre los efectos del paquetazo de Fujimori en la población, y la llegada a casa temprano para celebrar el cumpleaños de su hermana Mónica. A esto se sumo luego una llamada telefónica que daba cuenta de la detención de Ernesto en VES.
De inmediato, al día siguiente, empezaron los contactos con sus compañer@s y amig@s de la PUCP, instituciones, y las investigaciones y denuncias por cuenta propia de sus padres y familiares.
Todo el mundo se movió para evitar que esta temporal e inexplicable ausencia de Ernesto se convirtiera en lo que se convirtió: en detención ilegal y desaparición.
Un papel capital y ejemplar jugó la presencia de la Doctora Greta Minalla, actual Decana, para suerte nuestra, del Colegio De Abogados De Lima – CAL. Ella acogió el Recurso de Habeas Corpus interpuesto por los padres de Ernesto, el mismo que venía siendo rechazado por otr@s magistrad@s por no querer ganarse problemas con gobierno de Fujimori y compañía. Pero, además, se hizo cargo de gran parte de las investigaciones, y, en medio de éstas, también impidió que se cometieran otros crímenes contra otras personas encarceladas, a costa de sus propia vida. Resultado de estas investigaciones han sido l@s testig@s y gran parte de las pruebas con que se ha contado para llevar adelante el caso de Ernesto. Cabe señalar que la Doctora Greta Minaya ha acompañado a los padres de Ernesto hasta hoy, y ha seguido el caso de Ernesto muy de cerca, estando siempre que se le ha necesitado a disposición de quienes se lo han solicitado a fin de presentarla como expositora de estos acontecimientos.
También han sido importantes las investigaciones que la periodista Cecilia Valenzuela hizo para el programa de César Hildebrandt de esos años, las mismos que se sintetizaron en la edición de un video de 10 minutos, que aunque, suponemos, con aderezos personales fuera de lugar, cumplió también un aporte valioso.
Especial reconocimiento merece la dedicación de uno de los abogad@s de Ernesto, el Doctor Augusto Zúñiga Paz, quien sufrió un atentado contra su vida a través de un sobre bomba que le destrozó el brazo izquierdo.
Posteriormente, el caso pasó a la corte Interamericana De Derechos Humanos, la misma que dictó sentencia a favor de Ernesto.
El viernes 21 de octubre del 2005 pasado se cumplieron 15 años de este absurdo crimen. En julio del 2005 se iniciaron las Audiencias Públicas del Juicio Oral contra 16 sospechosos de algún nivel de participación en la detención ilegal y desaparición de Ernesto Rafael Castillo Páez, hasta este lunes 20 de marzo del 2006 en que las mismas llegaron a su fin con el cambio de delito de secuestro por el de desaparición forzada, y la sentencia de Culpable contra Juan Carlos Mejia León condenado a 16 años de prisión, y los tres policías que detuvieron a Ernesto condenados a 15 años de prisión; y de Inocentes para el resto de procesados, quedando así en libertad.
Así, después de más de 15 años de IMPUNIDAD, empezamos a recorrer el camino de VERDAD, JUSTICIA, Y REPARACIÓN que tanto veníamos buscando.
El caso de Ernesto es el primer caso de violación de derechos humanos judicializable en el Perú. Como decíamos, el haber llegado a un resultado a favor de la verdad, la justicia, y la reparación, sentará un importantísimo precedente que permitirá la atención, en mejores condiciones, de otros casos similares, en adelante. Esta última Audiencia ha sido, pues, un acontecimiento histórico de gran significación para Ernesto, su familia y amig@s; las víctimas, familiares
y amig@s de las víctimas de violación de derechos humanos, y para todo el Perú. En virtud de esto, de todo lo avanzado en materia de derechos humanos, y del informe elaborado y presentado por la CVR, respaldar estos acontecimientos sigue siendo de absoluto interés de la ciudadanía en general, y debería conseguir nuestro mayor absoluto interés y atención, así como
nuestro acompañamiento físico.
La desaparición de Ernesto se supo de inmediato gracias a que sus padres sabían cuál habría de ser el itinerario de Ernesto, el cual contemplaba la visita de Villa El Salvador para la realización del trabajo de campo de una investigación que estaba haciendo sobre los efectos del paquetazo de Fujimori en la población, y la llegada a casa temprano para celebrar el cumpleaños de su hermana Mónica. A esto se sumo luego una llamada telefónica que daba cuenta de la detención de Ernesto en VES.
De inmediato, al día siguiente, empezaron los contactos con sus compañer@s y amig@s de la PUCP, instituciones, y las investigaciones y denuncias por cuenta propia de sus padres y familiares.
Todo el mundo se movió para evitar que esta temporal e inexplicable ausencia de Ernesto se convirtiera en lo que se convirtió: en detención ilegal y desaparición.
Un papel capital y ejemplar jugó la presencia de la Doctora Greta Minalla, actual Decana, para suerte nuestra, del Colegio De Abogados De Lima – CAL. Ella acogió el Recurso de Habeas Corpus interpuesto por los padres de Ernesto, el mismo que venía siendo rechazado por otr@s magistrad@s por no querer ganarse problemas con gobierno de Fujimori y compañía. Pero, además, se hizo cargo de gran parte de las investigaciones, y, en medio de éstas, también impidió que se cometieran otros crímenes contra otras personas encarceladas, a costa de sus propia vida. Resultado de estas investigaciones han sido l@s testig@s y gran parte de las pruebas con que se ha contado para llevar adelante el caso de Ernesto. Cabe señalar que la Doctora Greta Minaya ha acompañado a los padres de Ernesto hasta hoy, y ha seguido el caso de Ernesto muy de cerca, estando siempre que se le ha necesitado a disposición de quienes se lo han solicitado a fin de presentarla como expositora de estos acontecimientos.
También han sido importantes las investigaciones que la periodista Cecilia Valenzuela hizo para el programa de César Hildebrandt de esos años, las mismos que se sintetizaron en la edición de un video de 10 minutos, que aunque, suponemos, con aderezos personales fuera de lugar, cumplió también un aporte valioso.
Especial reconocimiento merece la dedicación de uno de los abogad@s de Ernesto, el Doctor Augusto Zúñiga Paz, quien sufrió un atentado contra su vida a través de un sobre bomba que le destrozó el brazo izquierdo.
Posteriormente, el caso pasó a la corte Interamericana De Derechos Humanos, la misma que dictó sentencia a favor de Ernesto.
El viernes 21 de octubre del 2005 pasado se cumplieron 15 años de este absurdo crimen. En julio del 2005 se iniciaron las Audiencias Públicas del Juicio Oral contra 16 sospechosos de algún nivel de participación en la detención ilegal y desaparición de Ernesto Rafael Castillo Páez, hasta este lunes 20 de marzo del 2006 en que las mismas llegaron a su fin con el cambio de delito de secuestro por el de desaparición forzada, y la sentencia de Culpable contra Juan Carlos Mejia León condenado a 16 años de prisión, y los tres policías que detuvieron a Ernesto condenados a 15 años de prisión; y de Inocentes para el resto de procesados, quedando así en libertad.
Así, después de más de 15 años de IMPUNIDAD, empezamos a recorrer el camino de VERDAD, JUSTICIA, Y REPARACIÓN que tanto veníamos buscando.
El caso de Ernesto es el primer caso de violación de derechos humanos judicializable en el Perú. Como decíamos, el haber llegado a un resultado a favor de la verdad, la justicia, y la reparación, sentará un importantísimo precedente que permitirá la atención, en mejores condiciones, de otros casos similares, en adelante. Esta última Audiencia ha sido, pues, un acontecimiento histórico de gran significación para Ernesto, su familia y amig@s; las víctimas, familiares
y amig@s de las víctimas de violación de derechos humanos, y para todo el Perú. En virtud de esto, de todo lo avanzado en materia de derechos humanos, y del informe elaborado y presentado por la CVR, respaldar estos acontecimientos sigue siendo de absoluto interés de la ciudadanía en general, y debería conseguir nuestro mayor absoluto interés y atención, así como
nuestro acompañamiento físico.
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