domingo, 2 de abril de 2006

Sobre los jovenes - Jaime Quino

Lima, jueves 12 de enero del 2006.

Jaime F. Quino G.

Para Rubén, sobre los jóvenes.

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Estimados cc. Hace días, Rubén, un c. nuestro de Comunidad Nacional De Regiones – CNR, escribió a nuestra lista de c-e sobre el derecho de los jóvenes a obtener espacio y cupos en los partidos.

Con todo respeto, me permito discrepar con él y responder a sus planteamientos sobre el asunto de los jóvenes, y de paso sobre el asunto de las mujeres.

En el terreno de la ciudadanía me parece correcto entender que es necesario descubrir qué derechos para tod@s, y qué derechos especiales requieren ser reconocidos para toda la diversidad que expresa la vida: hombres, mujeres, niñ@s, adolescentes, adultos, ancian@s, personas con problemas mentales, de salud, físicos; comunidad homosexual, comunidades étnicas, etc. Y por supuesto, luchar por estos derechos.

Pero en el terreno de la vida política, y política partidaria, me parece que antes de plantearnos qué derechos tenemos y qué derechos deberíamos tener, lo primerísimo es plantearnos cuáles son nuestros deberes, cuáles deberían ser, y asumir con decisión su cumplimiento. Después vienen los derechos. Y ya en el terreno de los derechos, me parece que los derechos no se piden, sino que se ganan a punta de méritos, y/o se conquistan a punta de lucha. Se ganan y/o se conquistan con integridad, con toda la fe puesta en un sueño, con compromiso expresado en formación, en reflexión, en propuestas, en iniciativas, en acción, en trabajo arduo, en persistencia, en permanencia, en suma, en militancia. Cuando uno se inscribe en una militancia como ésta, gran parte de los derechos suelen llegar como reconocimiento a la labor hecha, lo cual da, además, enormes satisfacciones.

Me parece que el problema de l@s jóvenes, y las mujeres en la política y en la política partidaria, es que no asumen el reto de participar activamente en estos espacios. Y cuando lo hacen, lo hacen en medio de mucha ignorancia, y/o ingenuidad, pasividad, o pretendiendo encontrar espacios ideales, o todo ya hechecito, etc. Si comparamos la capacidad intelectual y de acción de un/a joven peruan@ en las décadas de los ’20, ’30, ’60, ’70, ’80, ’90, y hasta ahora, aunque no he hecho un estudio de esto, mi intuición me dice que esas capacidades vienen cayendo y, últimamente, cayendo en picada. Y el gran problema es que mientras caen nuestras capacidades, se eleva nuestra pretensión, nuestra pedantería, la auto percepción de que uno tiene su estatus del cual no va a descender, etc.

JCM, por ejemplo, estudió hasta los 8 años, no completó estudios escolares, publica su primer artículo en La Prensa a los 17 años, publica el diario La Noche a los 23 años, publica la revista Nuestra Época y funda el Comité de Propaganda y Organización Socialista a los 24 años, publica el diario La Razón a los 25, se casa con Anna Chiape y tiene su primer hijo a los 27, etc., etc., etc., y funda el Partido Socialista y la CGTP, y escribe los “7 ensayos…” en 1928, a los 34 años. Muere en 1930. Tenía una inquietud que luego se transformó en un sueño tan poderoso que le llevó a definir su vida en una dirección y a protagonizar todos estos y otros esfuerzos hasta la cama en que murió, donde se dice que sus últimas palabras fueron, algo así como “me voy, me estoy yendo, tengo tanto por hacer, no quiero irme pero es inevitable”, y finalmente se fue.

Y así por el estilo podríamos descubrir otras vidas de calidad y producción similar.

¿Y por qué sucede esto?, a mí también me gustaría saberlo. Pienso que hay muchas razones que podríamos ensayar. A mí me parece que algunas son: que la vida está cada vez más contaminada de cada vez más y mayores influencias de las cuales es cada vez más imposible escapar: los diarios, la radio, la TV, internet, las distracciones, las comodidades, etc.; que la calidad de vida también cae conforme pasa el tiempo: peor alimentación, salud, educación; que por sobre quienes ahora tenemos entre 20 y 35 o 40 años, hay generaciones de gente de izquierda, la mayoría de cuyos individuos ha tocado techo, ha quedado obsoleta, se ha foscilizado, se ha corrompido, ha perdido el sueño, se ha vuelto individualista y pragmática, adoradora de la calculadora en mano, y ya no sirven ni como petroleo, con el problema que, a pesar de esto, se resisten a la muerte política, a la vez que no surge aún nada distinto, superior, y por lo tanto, seguiran fastidiando todo lo que puedan y todo lo que les permitamos. Y por más etcéteras.

Todo esto trae ignorancias y deformaciones intelectuales y prácticas. Pensar, por ejemplo, que las elecciones y la representación política son una especie de Tinka para llevarse el premio gordo; que uno tiene derecho a QUERER SER candidato, que eso es legítimo; pensar que si uno pertenece a tal o cual sector social minoritario o marginal, o es alguien muy importante, o muy famoso, merece cupos en los espacios políticos y político partidarios; etc. No estoy de acuerdo con todo esto.

Se pierde de vista que el sentido de todo esto es la identificación con un entorno (nuestro pueblo, nuestro país), el nacimiento y desarrollo de una visión de presente y futuro (cómo quiero que sea aquello que me parece mal), la construcción de un proyecto político de cambio y mejora de las cosas, la construcción de organización y movimiento político y social, y, finalmente, el debate colectivo y la búsqueda colectiva de quienes podrían ser los mejores representantes para realizar todo esto desde los espacios de representación política que hay en el Estado. Esto requiere, principalmente, de capacidad política, y de capacidad de empatar con la gente, con el pueblo, con la ciudadanía, y demás sectores de nuestra sociedad, y no por simpatías jala votos, sino por la necesidad de recoger con las mayores precisiones posibles las necesidades de la gente, y de entablar el mejor de los diálogos con ésta. La academia, la técnica, no es poca cosa, es también muy importante, pero está debajo de lo primero que acabo de mencionar. Lo ideal sería hacernos político – técnicos, o cuando menos tener de ambas cosas priorizando aquella que veamos que nos resulta más productivo, o buscando siempre el contacto con aquello que no somos.

En fin. Quería responder sobre el pedido de espacio para los jóvenes, y creo que he terminado escribiendo sobre “La necesidad de construir un proyecto político y de pensar y actuar desde éste, y las consecuencias de no hacerlo”, que es lo que viene pasando hoy en día, y expresándose especialmente en la actual coyuntura electoral.

Si desearan responderme, favor de hacerlo con copia a mi c-e personal:

jaimefquinog@yahoo.es

Gracias por la atención. Abrazos y saludos.

Jaime.

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